Como ya comentamos en nuestro anterior artículo “Impacto de las Tecnologías de la Información Sanitarias en la Seguridad del Paciente I. El Problema”, las Tecnologías de la Información Sanitaria (TIS) proporcionan innumerables beneficios a los sistemas sanitarios, tantos, que actualmente sería impensable la prestación de servicios de salud sin la utilización de las Tecnologías de la Información Sanitarias. Sin embargo, las TIS también introducen nuevos riesgos que hasta ahora no están siendo considerados y por tanto resultan desconocidos tanto a profesionales como a instituciones sanitarias.

El incremento de la utilización de las TIS en los últimos años y la velocidad con la que se adoptan estas tecnologías incrementa estos riesgos. Estudios recientes confirman la aparición de un nuevo conjunto de problemas cuyo origen está claramente en el mal diseño, mala implantación o el mal uso de las TIS (ver bibliografía). Un conjunto de problemas que van desde la irradiación innecesaria al paciente o diagnósticos y tratamientos erróneos, hasta la administración de dosis inadecuadas, incluso mortales, o intervenciones quirúrgicas al paciente equivocado o derivadas de una enfermedad que en realidad no tiene.

La existencia de los mencionados problemas relacionados con las TIS se evidencian en situaciones a veces admitidas o “soportadas” como algo habitual por los profesionales. Por ejemplo, se asumen problemas con la identificación del paciente, retrasos en los diagnósticos por la falta de resultados de las pruebas diagnósticas, etiquetas identificativas erróneas, transmisión incorrecta de resultados de analíticas, información deficiente o errónea al paciente al alta (vg: el informe de alta indica un tratamiento y posología mientras que su tarjeta sanitaria indica otra información), mezcla de documentos de la historia clínica, tanto en papel como digital….

El origen de estas situaciones es muy variado y puede ir desde los errores humanos (no olvidemos que las personas son una pieza fundamental en los sistemas de información), hasta el mal diseño o uso de las TIS, interfaces hombre-máquina que conducen a error a los profesionales, interfaces máquina-máquina que pierden o cambian información en su camino, el uso de flujos alternativos debido a que los flujos diseñados para el sistema de información no se ajustan a la realidad clínica o incluso otros problemas relacionados con responsabilidades de la organización tales como un número insuficiente de equipos para que los profesionales puedan llevar a cabo su trabajo como es debido, de forma que el profesional tiene que esperar cola o ir a otra estancia para escribir en la historia clínica del paciente.

En 2012 se presenta una clasificación revisada de los problemas (Magrabi, Ong, Runciman, & Coiera, 2012) [1], presentando dos grupos de problemas principales y hasta 36 subclases. Tres años después se completa esta clasificación incluyendo nuevas subclases a la clasificación original. (Magrabi et al., 2015)[2].

En esta clasificación se presentan dos grandes grupos de problemas, los provocados por factores humanos y los provocados por factores técnicos. Estas categorías se clasifican a su vez en subclases más detalladas que son fruto de la experiencia de los autores en sus estudios de investigación sobre los registros de eventos adversos analizados. A continuación, os dejamos una copia de la clasificación propuesta en dicho artículo.

 

 

Clasificacion Err Magrabi

Tanto si te eres un profesional de la informática de la salud, como si eres un profesional sanitario, seguro que todos estos problemas te resultan familiares. Hay que tener en cuenta que los problemas representados en la figura 1 son exclusivamente los que se han encontrado en los registros de eventos adversos y por tanto se han materializado alguna vez ocasionando daño a un paciente. Y aunque la clasificación es a la vez sencilla y completa, estamos seguros de que muchos profesionales de las TIS están en condiciones de completarla un poco, aunque no se haya notificado ningún evento adverso sobre estos problemas que no aparecen todavía en la figura.

Ya conocemos el origen de los problemas. En el próximo artículo hablaremos de las herramientas para actuar tanto de forma preventiva como de forma reactiva para evitarlos.

Bibliografía

[1] Magrabi, F., Ong, M. S., Runciman, W., & Coiera, E. (2012). Using FDA reports to inform a classification for health information technology safety problems. Journal of the American Medical Informatics Association, 19(1), 45-53.

[2] Magrabi, F., Baker, M., Sinha, I., Ong, M. S., Harrison, S., Kidd, M. R., … & Coiera, E. (2015). Clinical safety of England’s national programme for IT: A retrospective analysis of all reported safety events 2005 to 2011. International journal of medical informatics, 84(3), 198-206.

Índice de la serie Impacto de las Tecnologías de la Información Sanitarias en la Seguridad del Paciente

Autores:

Grupo de Trabajo 50 Sombras de GEIT. APISA. 2016

Ana I Borrego
Inmaculada Castejón
Ana M Chups
Juan Diaz
Mª Carmen Dominguez
Manuel Jimber
Beatriz Martínez
Manuel Quintas
Diego Rodero
Ana B Sánchez
Luis Santiago Sánchez
Fran Sánchez
Victoria Zafra

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Impacto de las Tecnologías de la Información Sanitarias en la Seguridad del Paciente II. Las Causas

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